Llegar a Viña del Mar fue la mejor decisión que tomé en este tercer viaje a Chile. En los dos anteriores le tenía muchas ganas y esta vez no podía desaprovechar la oportunidad. En Viña, me esperaba Makarena, una gran amiga que hice cuando vino a visitar Perú. Mejor anfitriona de la ciudad de las flores no podía tener.
El verde de Viña, su rico clima, la cercanía con sus playas; su orden y limpieza la pone entre mis ciudades favoritas. Tenía todo un día en Viña y no podía perder ni un minuto. Había leído algo antes de ir y ya tenía en mente algunos lugares, Maka se encargó de hacerme conocer otros tantos.
CONTEMPLAR EL RELOJ DE FLORES
Es algo inevitable. Llegaba de Quillota y sin saber dónde descender me guié por los turistas que estaban concentrados en una esquina y asumí que ahí sería un buen lugar para bajar. De inmediato, el reloj de flores, imponente, me marcaba las 3 de la tarde, vi mi celular y la hora era exacta. Al frente, un carabinero cuidaba que nadie se le acerque más de la cuenta. Sin saber, estaba frente a uno de los patrimonios más queridos de Viña.
SUBIR AL MIRADOR DE VIÑA
Al costado del reloj unas escaleras conducen a un mirador. La subida es sencilla (facilísima diría yo) Desde arriba mejor paisaje no tendrás. Edificios a lo lejos vigilando la playa; el litoral bien marcado por el verde de los árboles, y la gente caminando a paso y orden de hormiga ¿Quizás por ser domingo o es que Viña es tan quieta y deliciosa?
TOMAR UN POCO DE SOL EN SUS PLAYAS
En Chile anochece cerca a las 8 de la noche. Así, se tiene más tiempo para disfrutar de las playas. Amo las playas y teniéndolas tan cerca tenía que visitarlas de todas maneras. Las olas estaban algo fuertes y no me animé a mojarme. Pero sí quedó perfecta para tomar sol y contemplar el paisaje. No encuentro mejor relajo que echarme a golpe de sol a mirar el horizonte y dejar que todo fluya (A veces las mejores ideas llegan en esos momentos).
Aún siendo tarde, la gente seguía llegando. Se nota que las playas de Viña, tan limpias y ordenadas enamoran a cualquiera. Viviendo aquí pasaría todos los fines de semana ¿quién se negaría?
VISITAR LA QUINTA VERGARA
Luego de la playa, Maka llegó a recogerme con muchas ideas para aprovechar esas horas en su amada Viña. Fuimos a conocer la sede donde año a año se realiza el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, acaso el festival más importante de música en América Latina con ¡¡¡57 ediciones!!!
Aquí, el público se transforma en un monstruo y devora a los cantantes que se atreven a domarlo. Si lo logran, de premio les llueve gaviotas doradas y plateadas. Estuve en los asientos donde 15.000 personas copan anualmente este espacio. El anfiteatro es realmente lindo y con un diseño muy singular.
ADENTRARSE EN EL BOSQUE DE LA QUINTA
Antes de pasar al bosque te topas con el Palacio Vergara, aún en remodelación. El edificio de estilo gótico le perteneció a José Francisco Vergara, nada más y nada menos que el fundador de toda la ciudad. Un hombre realmente rico que decoró a su gusto un bello palacio rodeado de jardines y flores que su esposa se encargaba de traer de cada país que visitaban (y vaya que viajaban mucho).
Maka me dijo que para llegar al bosque habían dos caminos: el simple que todo el mundo hacía; y el otro: uno más complicado pero más disfrutable. Así, llegamos a una parte del bosque donde en verdad no pasaba mucha gente. No imagino cómo se pueden estar perdiendo de toda esa maravilla. Sin saber había llegado a uno de los lugares favoritos de Maka, el otro lado del bosque. Un viejo tronco servía de puente desde años inmemoriales, Maka se paseaba ida y vuelta con un equilibrio único. Yo subí a sacarme una foto y bajé enseguida.
La paz que ahí se percibe se la recomiendo a todo el mundo. No solo se vayan conociendo la Quinta Vergara, dense un paseo por el bosque, piérdanse y encuéntrense que siempre habrá un camino entre los árboles.
PESCAR EN LA LAGUNA EL SAUSALITO
Un domingo es un día excepcional para pescar. Maka compró implementos de pesca y salimos a otros de sus lugares favoritos ¡la laguna el Sausalito!, ubicada justo al lado del estadio del mismo nombre. Viajeros, definitivamente no se la pueden perder.
Sus alrededores son estupendos. Mientras Maka pescaba primero yo me quedé tirado en el pasto (literalmente) hipnotizado por el paisaje. Los últimos minutos del sol y el aire fresco combinado con el aroma de las plantas me dejó fuera del mundo real.
Como pescador soy excelente blogger de viajes ¡No saqué un solo pez! Maka, toda una experta, logró pescar uno. El ambiente de la laguna es propicio para ir con amigos a conversar, estudiar o simplemente echarse a pensar en todo y en nada a la vez.
HELADO DE NOCHE EN LA PLAYA
En Viña comen helado en verano, comen helado en invierno, comen helado así este lloviendo. Todo el tiempo. Lo máximo caminar de noche por el malecón, con la brisa fresca topándote la cara, helado en mano se disfruta más. Recorrimos de extremo a extremo varias playas por la vereda hasta la hora de partida. Fui a Valparaíso por una nueva aventura.
BONUS TRACK
Otra de las cosas que me llamó la atención en Viña: su iglesia de estilo gótico y las extrañas formas de algunas casas:
[Viajando El Alma] 