PERÚ

#Huancavelica: Las maravillas ocultas

Difícilmente salga de mi memoria todo lo visto en Huancavelica
Difícilmente salga de mi memoria todo lo visto en Huancavelica

¿Cómo fue? 

Luego del viaje a Ayacucho, la ruta no podía quedar ahí ¡Tenía que continuar! Una opción era subir a Apurimac y Cusco, pero preferimos dejar ese trayecto para vivirlo con más calma en otra ocasión. Sueño con hacer la ‘Ruta Inca’ al MachuPicchu y eso toma su tiempo, se tiene que disfrutar día a día.

Decidimos con Andrea entonces bajar hacia Huancavelica. Diversos reportes dan a este destino como uno de los departamentos más pobres del Perú. Siempre pienso que los rótulos son malos y no ayudan. Esa mancha hace que los turistas no exploten el increíble potencial que tiene esta región. No en vano Huancavelica entró en el podio de los mejores destinos que he visitado en toda mi vida. Sí, no es exageración. Salí de aquí realmente FASCINADO (en negrita y mayúsculas para que se sienta el grito). Fue acaso la mejor decisión viajera que tomamos con Andrea.

La Ruta

Partimos a Huancavelica desde Ayacucho. Volvimos a ir de noche para ganar tiempo al viaje. Salimos desde el terminal principal de buses en Huamanga (previamente los boletos se deben comprar en agencia del transporte que elijas). Fuimos en la empresa Turismo Central. No es la gran cosa, pero es lo mejorcito que encuentras en esta ruta. El pasaje vale 30 soles.

Nos tocó un bus cómodo, en segundo piso y primeros asientos, aunque como era de noche solo se veía la carretera, muy accidentada por cierto. Hay tramos que el bus tiene que ir a paso de tortuga por el estrecho camino. Felizmente todo salió bien y en 5 horas (245 kilómetros) llegamos a esta tierra.

Hospedaje

No olvidaré la llegada. 3 grados de temperatura ¡Mucho frío! Saqué mi chullo, bufanda y rápido a reconocer las calles en altas horas de la madrugada (llegamos 2 a.m.). Previo a la partida -como siempre- Andrea, una genia, había encontrado hospedaje. El elegido fue «Tahuantinsuyo», un hotel incómodo, todo un laberinto para ubicar las habitaciones, y pequeñas -muy pequeñas- aunque a esas horas no se podía pedir mucho. La noche 40 soles, por eso precio no podíamos exigir gran cosa [Tahuantinsuyo: Calle Carabaya 451 / (067)  452968 / Puntaje: 13 de 20]

Al día siguiente ya recorriendo la Plaza de Armas, la altura se hacía sentir (más de 3600 metros sobre el nivel del mar) notamos otros hoteles ¡Pero vaya precios! Por ejemplo una noche en el Hotel Presidente, para gustos exigentes, puede salirte más de 320 soles. Entramos a observarlo, y en verdad es otro lote. Cuando no tengas idea dónde quedarte en un destino nuevo, recomiendo eso viajeros, elegir una opción para probar, y al día siguiente con más calma mirar otras alternativas, siempre aparecerá algo mejor. Caminando se consigue todo.

Transporte

Al igual que en la mayoría de departamentos, el transporte interno aquí es a través de taxis. No es mucha la distancia de una provincia a otra. Todas las tarifas son menores. Se llega en taxis colectivos o buses desde terminales señalizados.

El Tour

– Plaza de Armas: La vista desde aquí a arriba es impactante. No había visto una plaza con una enorme montaña en frente. Es una ciudad con toda la zona montañosa alrededor. El sol te engaña porque sí hace frío (vengan abrigadísimos), es una de las regiones con el clima más rudo. En los alrededores se pueden tomar ricos desayunos. A pocos metros de la plaza hay baños termales, no alcanzamos a visitarlos por el mal tiempo.

¡Vaya Plaza de Armas, magnífica!
¡Vaya Plaza de Armas, magnífica!

– Villa Cariño o Seccsachaca: Se convirtió enseguida en uno de mis lugares favoritos. Si preguntas a los pobladores por Seccsachaca, algunos no lo conocerán, en cambio, si les dices ‘Villa Cariño’, verás como rápido te geolocalizan. Su nombre traducido del quechua es: puente tortuoso (luego comprobaríamos el por qué).

Se ubica apenas 10 minutos del centro de Huancavelica, se puede ir a pie aunque preferimos ir en taxi. El camino para el vehículo es complicado, la pendiente no ayuda. Al regreso no pasan taxis, la zona es apartada. Recuerda pedir el número de teléfono del taxista que te suba, para que sea él mismo quien te recoja.

Llegamos y por solo 1 sol, ¡Increíble, por solo 1 sol por persona iniciamos el recorrido! La persona que cuida la entrada y salida es súper buena onda, te hará sentir en casa. El camino es a puro trekking, está bien señalizado aunque tantas señales por ratos confunden. Debes pasar por unas pequeñas cuevas al inicio, cuando ves la luz, al salir tienes en frente una auténtica maravilla que te dejará atónito.

La primera parada fue en una palestra artesanal. Me aseguré de subir a ver si la cuerda estaba bien fijada a la enorme roca de arriba, (sí estaba) así que con Andrea nos animamos a escalarla. No es tan complicada como parece, y eso que no estaba con los zapatos indicados.

Al continuar, el sendero esta lleno de postales. Las fotos desde aquí son un sueño. Hermosas todas. El paisaje, gires por donde gires. es un paraíso. Montañas, vegetación, acantilados. Te sentirás un Indiana Jones perdido ante un gigante rocoso.

Seguimos por subidas, bajadas, fijando bien el paso firme. Puentes con maderas algunas rotas ¡Era una película! Llegamos luego a unos baños termales, por naturaleza calientes. El Perú te sorprende en cada rincón.

La parada en las aguas termales duró poco debido a los truenos
La parada en las aguas termales duró poco debido a los truenos

Salimos con el corazón latiendo a mil, una tormenta fortísima, empapados y esperando que el taxi llegue ya a recogernos. Huancavelica nos marcó de golpe con toda su imponente belleza.

– Río Ichu: Caminando por las calles de Huancavelica, en dirección a su estadio, se verá un pequeño puente, y en sus faldas, el río Ichu, formado por el deshielo del Nevado Chonta, popular en esta región. Lamentablemente encontramos esta parte del río muy descuidado y hasta contaminado, una pena pues desemboca en el gran Río Mantaro. Aquí es donde uno toma conciencia del cambio climático tan venido a más por malas acciones del hombre.

– El Tren Macho: Nos fascinó su lema ya parte de la historia de este departamento: «sale cuando quiere y llega cuando puede», esto por que antiguamente no había horario fijo de salida ni llegada del tren. Es toda una institución en Huancavelica. Siguiendo sus rieles llegamos a la estación de partida. Muy amable el personal nos dejó entrar a tomarnos fotos en el ferrocarril, conocer sus vagones (el buffete y el general). No imaginamos que al día siguiente, a las 6 de la mañana y con más frío que nunca tomaríamos el tren para partir a Junín (Huancayo) ¡De locura!

El Estadio

Siguiendo la tradición había que localizar el estadio. Ya Andrea consciente de esto hasta me lo recordaba. El IPD de Huancavelica es su nombre, su equipo más popular es el Unión Deportivo Ascensión (UDA), lo escuché mencionar mucho durante mi estadía debido a su participación en Copa Perú.

El estadio tiene una vista alucinante debido a la cordillera de montañas bordeándola. Me llamó la atención la figura de un balón de fútbol grande, lo que nos ayudó a ubicarlo más rápido. Lamentablemente estaba cerrado cuando fuimos y las personas que lo resguardaban no lucían tan amigables como en otros estadios de provincia. Al menos alcancé a fotografiarlo.

Algo molesto pues no pude entrar a recorrer el estadio por dentro, igual se llegó a conocer algo
Algo molesto pues no pude entrar a recorrer el estadio por dentro, igual se llegó a conocer algo

Comida

No tuve el tiempo suficiente para probar la variedad de su gastronomía. Recuerden viajeros, en cada instancia del Perú comerán siempre variado y delicioso. En Huancavelica fuimos a un restaurant llamado Los Delfines, a muy buen precio se pueden comer combinaciones de comida marina. Además, dentro de este local habían pequeños stands de comida rápida con nombres muy parecidos a las cadenas internacionales.

En la noche, cuando el frío te golpea fuerte, y el cielo te completa el combo con interminables lluvias, lo mejor es buscar un refugio para tomar un buen café. Encontramos Quilla Café, un lugar amplio con decoración hermosa (grandes pinturas de animales por doquier). Prueben el café de cebada ¡Lo máximo! También venden ricos postres [Puntaje: 17 de 20].

Descubrir este refugio para el frío fue todo. Lleno de capuccinos
Descubrir este refugio para el frío fue todo. Lleno de capuccinos

La Anécdota

Las formaciones geológicas volcánicas de Villa Cariño por sí solas te inspiran respeto. Hicimos el recorrido lentamente para poder disfrutarlo todo. El paisaje que tienes en frente te obliga a hacerlo así, pues te detendrás muy seguido para capturar esos momentos en fotos. Fue ahí que en un parpadeo inmediato vi una luz muy potente que aclaró una parte del lugar, segundos luego, un fuerte estruendo fue la antesala de adrenalina y muchas sensaciones.

El lugar estaba a cielo abierto, y hace poco había releído la noticia de un relámpago que impactó a un jugador de fútbol en Junín, todo eso conspiró para que se vivieran momentos alocados. La lluvia hizo más difícil el camino y los letreros de salida por todos lados confundían el regreso. La tarde caía cada vez y todo se iba oscureciendo. Los truenos no paraban de caer. Había dos opciones: refugiarse en alguna roca con cobertura o seguir hasta volver a la cabina de entrada. Optamos por la segunda.

Todos esos minutos hasta encontrar la verdadera salida fue una odisea, una experiencia a mil por hora. Hubo miedo por momentos, y risas al salir empapados. Pero lo mejor: una anécdota que contar.

Conclusiones

El tiempo que estuve no fue suficiente para conocer todo lo que Huancavelica te pone en bandeja, todo tan cerca, todo tan increíble. Este viaje me encantó, y si de pronto se da la posibilidad de volver a Huancavelica ¡No lo dudaría ni un segundo! Si una de las próximas rutas requiere un punto de escala en esta tierra, estaría muy agradecido. Viajeros conózcanlo ustedes mismos y verán que no miento. Cuando sientan que cada una de estas líneas se vuelve realidad ante sus ojos regresen a este blog y cuenten su experiencia. Ya saben: a Villa Cariño no lo saquen nunca de su tour. Nunca.

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2 comentarios sobre “#Huancavelica: Las maravillas ocultas

  1. Que bonito lo que cuentas, yo vivi en huancavelica por mas o menos 5 años hace unos 20 años atras, fue la epoca de mi niñez mas bonita que tuve, ahora dentro de poco regresaré y leyendo tu historia me dan muchas mas ganas de regresar.

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